Diseñar un almacén de productos químicos peligrosos no es solo cuestión de metros cuadrados. Es una operación compleja en la que se cruzan normativas de seguridad, compatibilidades químicas, necesidades logísticas y eficiencia operativa.

¿La clave? Calcular correctamente el espacio necesario, cumpliendo con el Reglamento APQ (Real Decreto 656/2017) y sus Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC). Y para eso, no basta con sumar palets: hay que entender bien lo que se almacena y cómo se comporta.

En esta guía práctica te explicamos cómo calcular el espacio óptimo de almacenamiento para productos químicos peligrosos en 7 pasos, con enfoque realista y aplicable.

Marco normativo

El Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos (APQ) establece las condiciones técnicas y de seguridad para el almacenamiento de sustancias peligrosas.

Este reglamento se estructura en una parte general y en nueve Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC), que varían en función del tipo de sustancia (líquidos inflamables, gases, productos corrosivos, etc.).

Además de la APQ, también deben considerarse otros marcos:

  • Normativa SEVESO si la instalación supera ciertos umbrales de riesgo.
  • Legislación autonómica o municipal (licencias, actividades clasificadas).
  • Normas de prevención de riesgos laborales.
  • Requisitos del seguro y del plan de autoprotección.

Pero más allá del cumplimiento normativo, dimensionar bien un almacén químico es esencial para la seguridad, la operatividad y la rentabilidad del proyecto.

Metodología en 7 pasos

A continuación, te presentamos una metodología paso a paso para calcular el espacio óptimo de almacenamiento cumpliendo con APQ y garantizando una operación segura y eficiente.

Paso 1 — Define el mix y la unidad de almacenamiento

El primer paso es saber qué se va a almacenar y en qué formato.

  • ¿Son líquidos inflamables, corrosivos, oxidantes…?
  • ¿Qué clasificación ADR tienen?
  • ¿En qué tipo de envase llegan: GRG, bidones, sacos, garrafas?
  • ¿Cómo se manipulan: sobre palets, a granel, con cajas intermedias?

Define también si se trata de un almacenamiento permanente o temporal, y si habrá rotación frecuente o estacionalidad. Esto afecta al dimensionamiento y a las necesidades de accesibilidad.

Paso 2 — Calcula la superficie útil

No todo el espacio del almacén es útil para almacenamiento directo. Hay que descontar:

  • Pasillos de trabajo y circulación.
  • Zonas de seguridad y evacuación.
  • Espacios técnicos o estructurales (pilares, muelles).
  • Áreas reservadas para segregación o zonas de carga.

La superficie útil real suele representar entre un 60% y un 75% de la superficie construida, dependiendo del layout.

Paso 3 — Dimensiona posiciones de palet (capacidad física)

Una vez conocida la superficie útil, puedes estimar cuántas posiciones de palet se pueden instalar, en base a:

  • Tipo de estantería (convencional, compacta, dinámica…).
  • Altura libre disponible.
  • Tipo de unidad de carga (palet europeo, americano, GRG…).
  • Equipos de manipulación (frontal, retráctil, trilateral…).

Aquí ya puedes cuantificar la capacidad de almacenamiento, es decir, cuántos palets o unidades puedes tener en stock simultáneamente.

Paso 4 — Verifica cubetos y condicionantes APQ

Uno de los puntos más críticos del diseño es la retención de derrames (cubetos). Según la ITC aplicable, se exige una capacidad mínima de contención:

  • 100% del volumen del envase mayor, o
  • 10% del volumen total almacenado, eligiendo el mayor de los dos.

Esto condiciona no solo el tipo de estantería, sino también el diseño del suelo, la disposición de estanterías, y la agrupación de productos compatibles.

Importante: no olvides verificar distancias mínimas, ventilación, materiales de construcción, protección contra incendios y señalización conforme al APQ.

Paso 5 — Aplica segregación y sectorización

No todos los productos químicos pueden almacenarse juntos. Algunas combinaciones están prohibidas y otras solo se permiten bajo condiciones estrictas.

Por tanto, es necesario sectorizar el almacén en función de:

  • Compatibilidad entre productos.
  • Riesgo de reacción química.
  • Necesidad de aislamiento físico (muro, cortina ignífuga, distancia).
  • Tipología de instalación: almacén sectorizado, compartimentado, con cubetos independientes…

Esto afecta directamente al layout y al número de posiciones netas disponibles.

Paso 6 — Calcula la densidad de ocupación y la reserva operativa

Una vez definida la capacidad máxima, aplica criterios de ocupación óptima:

  • Evita trabajar al 100%, para no bloquear operaciones logísticas.
  • Reserva un 15–25% de espacio libre para picos de demanda, rotaciones y maniobras.
  • Considera la rotación del stock (FIFO, LIFO) y la vida útil de los productos.

Una buena densidad suele estar entre el 70% y el 85% de la capacidad total, dependiendo del tipo de producto.

Paso 7 — Itera con el layout (pasillos, muelles, equipos)

Con los datos anteriores, diseña el layout preliminar del almacén y ajústalo iterativamente:

  • ¿Los pasillos permiten el giro de carretillas y el acceso seguro?
  • ¿Los muelles tienen capacidad para el volumen diario de entradas/salidas?
  • ¿Hay espacio para picking, etiquetado o reacondicionamiento si es necesario?
  • ¿Los equipos de manipulación son compatibles con las estanterías propuestas?

Aquí es donde se combinan los requisitos normativos, logísticos y de seguridad para llegar al diseño óptimo.

Trucos de optimización específicos para químicos

  • Utiliza cubetos móviles o palets con retención integrada si necesitas flexibilidad.
  • Agrupa productos por nivel de riesgo y frecuencia de rotación, no solo por familia.
  • Si tienes varios almacenes o zonas, considera una estrategia de almacén de respaldo para emergencias.
  • Aprovecha los datos históricos de consumo y rotación para ajustar stocks mínimos y máximos.
  • Revisa periódicamente la documentación APQ: el diseño inicial puede quedar obsoleto tras cambios de producto o volumen.

“En productos químicos, el diseño del almacén no es solo un tema de espacio, sino de seguridad y cumplimiento. Una buena planificación evita problemas técnicos, pero también legales y económicos”, comenta responsable técnico en LDH.

 

Calcular correctamente el espacio de almacenamiento para productos químicos peligrosos no es un ejercicio teórico, sino una parte clave del diseño de una operación logística segura y eficiente. Cumplir con el Reglamento APQ, entender las particularidades de cada sustancia y anticipar la evolución de la operativa es lo que marca la diferencia entre un almacén funcional… y uno problemático.

En LDH, llevamos años gestionando almacenes de productos químicos con diferentes perfiles de riesgo. Aplicamos esta metodología en cada nuevo proyecto para asegurar el cumplimiento normativo y la máxima eficiencia operativa. Porque cuando se trata de sustancias peligrosas, el espacio no se mide solo en metros cuadrados, sino en tranquilidad y control.

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