En el mundo de los productos químicos, pocas normativas han tenido tanto impacto como el Reglamento REACH. Desde su entrada en vigor, ha transformado por completo la manera en que las empresas europeas gestionan, registran y utilizan sustancias químicas.

Tanto si eres fabricante, importador, distribuidor o usuario intermedio, entender qué es el REACH y cómo funciona no es opcional: es una necesidad. Su cumplimiento afecta a la producción, al etiquetado, a la documentación e incluso a la toma de decisiones comerciales.

En este artículo, te explicamos qué es el reglamento REACH, cómo funciona, a quién afecta y qué ocurre si no se cumple.

¿Qué es el reglamento REACH?

El REACH (por sus siglas en inglés: Registration, Evaluation, Authorisation and Restriction of Chemicals) es un reglamento de la Unión Europea adoptado en 2006, cuyo objetivo es mejorar la protección de la salud humana y del medio ambiente frente a los riesgos derivados del uso de sustancias químicas.

Se trata de una de las legislaciones más estrictas del mundo en este ámbito, y obliga a las empresas a demostrar que las sustancias que fabrican, importan o utilizan son seguras.

El reglamento REACH se aplica directamente en todos los países de la UE (sin necesidad de transposición a leyes nacionales) y está gestionado por la Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA), con sede en Helsinki.

Objetivos principales del REACH

El reglamento REACH no se limita a recopilar datos. Su alcance es mucho más amplio y responde a varios objetivos fundamentales:

  • Proteger la salud de las personas frente a sustancias peligrosas.
  • Preservar el medio ambiente mediante el control del uso de químicos.
  • Fomentar la innovación en el desarrollo de sustancias más seguras.
  • Impulsar la transparencia en la cadena de suministro.
  • Responsabilizar a las empresas (fabricantes e importadores) de los productos que comercializan.

En resumen, REACH invierte la carga de la prueba: ya no es la administración quien debe demostrar que una sustancia es peligrosa, sino la empresa quien debe probar que es segura.

¿Cómo funciona el reglamento REACH?

El funcionamiento del REACH se estructura en cuatro pilares fundamentales, que le dan nombre:

Registro (Registration)

Las empresas deben registrar en la ECHA todas las sustancias químicas que fabrican o importan en cantidades superiores a una tonelada al año. Para ello deben presentar un expediente técnico detallado, incluyendo:

  • Identidad de la sustancia.
  • Usos previstos.
  • Propiedades físico-químicas.
  • Toxicidad y ecotoxicidad.
  • Medidas de gestión del riesgo.

Sin este registro, la sustancia no puede comercializarse legalmente en la UE.

Evaluación (Evaluation)

Una vez registrado el expediente, la ECHA (o, en algunos casos, las autoridades nacionales) evalúa la calidad de la información y decide si necesita más datos o ensayos adicionales.

También puede revisar sustancias que generan preocupación por su uso generalizado o por su impacto ambiental.

Autorización (Authorisation)

Algunas sustancias especialmente preocupantes (SVHC, por sus siglas en inglés: Substances of Very High Concern) están sujetas a autorización específica.

Esto significa que no pueden utilizarse sin un permiso explícito de la ECHA, que solo se concede si no hay alternativas viables o si los beneficios superan a los riesgos.

Restricción (Restriction)

Además de las autorizaciones, REACH permite restringir o prohibir ciertas sustancias en función de riesgos identificados. Estas restricciones pueden aplicarse a productos concretos, sectores o incluso países.

Por ejemplo, sustancias cancerígenas o disruptores endocrinos pueden ser restringidas en artículos de consumo, juguetes o textiles.

¿A quién afecta el reglamento REACH?

El reglamento REACH afecta a toda la cadena de suministro de productos químicos en Europa, incluyendo:

  • Fabricantes de sustancias químicas dentro de la UE.
  • Importadores de sustancias, mezclas o productos acabados desde fuera de la UE.
  • Distribuidores que almacenan y comercializan productos químicos.
  • Usuarios intermedios, es decir, empresas que no fabrican ni venden sustancias, pero las utilizan en su actividad (por ejemplo, industrias de limpieza, automoción, pintura, etc.).

Incluso las empresas que solo importan artículos que contienen sustancias químicas (como calzado, textiles, envases…) pueden verse afectadas si esas sustancias están sujetas a autorización o restricción.

“Cada vez más clientes nos preguntan por REACH, incluso aquellos que no fabrican productos químicos directamente. El reglamento afecta a toda la cadena, y no conocerlo puede suponer un problema serio”, explica nuestra técnica de cumplimiento normativo en LDH.

Por eso es fundamental identificar tu rol dentro del reglamento REACH y cumplir con las obligaciones específicas que te correspondan.

Consecuencias del incumplimiento

El incumplimiento del reglamento REACH puede tener consecuencias graves tanto legales como comerciales:

  • Sanciones económicas impuestas por las autoridades nacionales (en España, a través del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas).
  • Prohibición de comercialización de sustancias o productos no registrados o no conformes.
  • Problemas en aduanas o bloqueos en importaciones/exportaciones.
  • Pérdida de confianza de clientes, especialmente en sectores industriales sensibles.
  • Responsabilidad civil o penal en caso de daños a la salud o al medio ambiente.

Además, no cumplir con REACH puede afectar seriamente la imagen de la empresa, sobre todo en mercados donde la sostenibilidad y la trazabilidad de los productos son cada vez más valoradas.

 

El reglamento REACH ha cambiado por completo las reglas del juego en el sector químico. Su enfoque riguroso y preventivo obliga a las empresas a ser proactivas, transparentes y responsables en la gestión de las sustancias que utilizan, fabrican o comercializan.

No se trata solo de cumplir con la ley: se trata de proteger a las personas, al planeta y de construir una cadena de suministro más segura y sostenible.

En LDH, trabajamos cada día con productos sujetos a REACH. Conocemos la normativa, entendemos sus implicaciones y ayudamos a nuestros clientes a adaptarse con garantías. Desde la documentación técnica hasta la trazabilidad en almacén y transporte, somos un socio que hace fácil lo complejo y aporta seguridad en cada etapa del proceso.

Porque cuando se trata de productos químicos, cumplir no es suficiente: hay que hacerlo bien, desde el primer paso.

Contáctanos para solventar cualquier duda que te pueda surgir al respecto.