No todos los productos pueden almacenarse de la misma manera. Cuando hablamos de sustancias peligrosas, inflamables o tóxicas, el almacenamiento exige condiciones técnicas específicas, sistemas de seguridad avanzados y una normativa muy clara. Aquí es donde entran en juego los almacenes APQ, que están regulados por el Real Decreto 656/2017 y sus Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC).
En este artículo, analizamos en qué se diferencia un almacén APQ de un almacén convencional, qué productos requieren este tipo de instalación y cuándo es obligatorio disponer de uno para tu actividad.
¿Qué es un almacén APQ?
Un almacén APQ es una instalación diseñada y construida específicamente para el almacenamiento de productos químicos peligrosos, conforme al Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos (APQ).
Este reglamento, junto a sus nueve ITC, establece los requisitos técnicos, estructurales y organizativos que deben cumplir estos espacios. El objetivo es garantizar la seguridad de las personas, las instalaciones y el entorno, minimizando los riesgos de incendio, explosión, fuga o contaminación.
La normativa APQ define aspectos como:
- Los materiales de construcción adecuados.
- La necesidad de cubetos de retención.
- Las distancias de seguridad entre productos incompatibles.
- Los sistemas de ventilación, detección y extinción de incendios.
- La documentación técnica y operativa necesaria.
¿Qué productos requieren almacenarse en un APQ?
Los productos que deben almacenarse en un almacén APQ son aquellos clasificados como peligrosos, según su riesgo físico, químico o para la salud humana y el medio ambiente.
Algunos ejemplos habituales son:
- Líquidos inflamables o combustibles (ITC MIE APQ-1)
- Gases comprimidos, licuados o disueltos (ITC MIE APQ-5)
- Sólidos o líquidos corrosivos (ITC MIE APQ-6)
- Productos tóxicos o muy tóxicos
- Oxidantes, peróxidos orgánicos, explosivos
- Sustancias que generan reacciones peligrosas al contacto con otras
La obligación de cumplir con la normativa APQ depende también de la cantidad total almacenada, ya que existen umbrales a partir de los cuales se exige aplicar el reglamento.
Diferencias clave entre un almacén APQ y uno convencional
Aunque a simple vista puedan parecer similares, las diferencias entre un almacén APQ y un almacén convencional son notables y afectan a múltiples aspectos del diseño, operación y mantenimiento. No se trata solo de tener más o menos medidas de seguridad: hablamos de una concepción completamente distinta del espacio y su finalidad.
El almacenamiento de productos químicos peligrosos implica riesgos muy específicos que requieren soluciones concretas. Por eso, los almacenes APQ están regulados con detalle y diseñados para cumplir unas exigencias muy superiores a las de un almacén general.
A continuación, detallamos las principales diferencias en cuanto a construcción, seguridad, gestión documental y costes.
En la construcción y el material
Los almacenes APQ deben construirse con materiales no combustibles y disponer de cubetos de retención que eviten la propagación de derrames. También deben contar con suelos resistentes a productos químicos y sistemas de ventilación natural o forzada.
En cambio, los almacenes convencionales pueden utilizar estructuras más simples, sin estas exigencias de contención ni materiales especiales.
En los sistemas de seguridad
Un almacén APQ debe tener sistemas de:
- Detección y extinción de incendios específicos para productos químicos.
- Ventilación adecuada según el tipo de sustancia.
- Sistemas de control de fugas y derrames.
- Señalización y accesos diferenciados.
Un almacén convencional, por lo general, solo cuenta con sistemas básicos de seguridad industrial y no está preparado para responder ante incidentes químicos.
En la gestión y documentación
Los almacenes APQ exigen una documentación exhaustiva:
- Planos de las instalaciones.
- Fichas de seguridad (SDS).
- Registro de productos almacenados.
- Protocolos de actuación en emergencias.
- Declaración ante Industria y otros organismos.
La operativa también incluye formación específica del personal, revisiones técnicas periódicas y cumplimiento normativo constante.
Un almacén convencional puede funcionar con una documentación más sencilla y menos controles oficiales.
En el coste y mantenimiento
Diseñar y mantener un almacén APQ implica una inversión inicial mayor y unos costes operativos más elevados. Sin embargo, es la única forma legal y segura de operar con productos químicos peligrosos.
Los almacenes convencionales tienen menores costes, pero no son válidos para estas sustancias. Usarlos de forma inadecuada puede generar sanciones, paralización de actividad o accidentes graves.
¿Cuándo una empresa necesita un almacén APQ?
Una empresa necesita un almacén APQ cuando:
- Manipula, almacena o transporta productos químicos peligrosos.
- Supera los umbrales de cantidad establecidos en las ITC correspondientes.
- Combina productos incompatibles y necesita segregarlos con seguridad.
- Quiere cumplir con la normativa APQ para evitar sanciones o responsabilidades legales.
También es recomendable para empresas que busquen asegurar su operativa, mejorar su reputación ante clientes y proveedores, o acceder a determinadas certificaciones de calidad y seguridad.
“Tener un almacén APQ no es solo una obligación normativa, es una decisión estratégica. Protege tu negocio, a tus trabajadores y tu entorno”, señalan desde el equipo técnico de LDH.
¿Qué ocurre si no se cumple la normativa APQ?
Las consecuencias pueden ser serias:
- Multas e inspecciones sancionadoras por parte de Industria o Medio Ambiente.
- Inmovilización de productos o cierre temporal de instalaciones.
- Responsabilidad penal o civil en caso de accidente.
- Problemas con los seguros, que pueden negarse a cubrir daños.
- Pérdida de confianza por parte de clientes, proveedores o partners.
Además, incumplir la normativa pone en riesgo real la seguridad de los trabajadores y de las instalaciones, con consecuencias humanas y económicas incalculables.
La diferencia entre un almacén APQ y uno convencional va mucho más allá del aspecto físico o la normativa. Se trata de una forma de entender la gestión responsable de sustancias peligrosas.
Si tu empresa trabaja con productos químicos, tarde o temprano necesitarás cumplir con el Reglamento APQ. Invertir en una instalación adaptada, con personal formado y documentación al día, no es un coste: es una garantía.
En LDH llevamos años diseñando, adaptando y gestionando almacenes APQ para clientes que buscan seguridad, cumplimiento y eficiencia operativa. ¿Tienes dudas sobre si tu instalación cumple con la normativa? ¿Estás valorando externalizar el almacenamiento de tus químicos?
Hablemos. Porque un buen almacén no solo guarda productos: protege todo lo que hay detrás.
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