Las sustancias comburentes, también conocidas como oxidantes, son elementos químicos o compuestos que desempeñan un papel fundamental en el proceso de combustión. La combustión es una reacción química exotérmica en la que un combustible se combina con una sustancia comburente en presencia de calor para producir energía en forma de calor y luz, así como productos de combustión como dióxido de carbono, agua y otros compuestos.

Las sustancias comburentes funcionan como oxidantes al proporcionar átomos de oxígeno que se unen a los átomos del combustible durante la reacción. En esta reacción química, los enlaces químicos en el combustible se rompen y se forman nuevos enlaces con el oxígeno de la sustancia comburente. El resultado es la liberación de energía en forma de calor y luz, así como la generación de productos de combustión.

Tipos de sustancias comburentes

Oxígeno Atmosférico (O2)

El oxígeno es la sustancia comburente más común y ampliamente utilizada en la combustión. Representa aproximadamente el 21% de la composición del aire atmosférico. En la mayoría de los procesos de combustión, el oxígeno del aire reacciona con el combustible para producir calor y energía.

Cloro (Cl2)

El cloro es un ejemplo de un halógeno que puede actuar como sustancia comburente en ciertas aplicaciones industriales. A menudo se utiliza en la producción de productos químicos y en la purificación de agua.

Peróxido de Hidrógeno (H2O2)

El peróxido de hidrógeno es una sustancia comburente que contiene enlaces oxígeno-oxígeno altamente reactivos. Es conocido por su capacidad para liberar oxígeno en reacciones químicas, lo que lo hace útil en propulsión de cohetes y blanqueadores.

Nitrato de Potasio (KNO3)

El nitrato de potasio es un compuesto que se utiliza comúnmente en la pólvora y los explosivos. Actúa como sustancia comburente proporcionando oxígeno para la rápida combustión de otros componentes de la mezcla.

Fluoruro de Oxígeno (O2F2)

Este es un ejemplo extremadamente reactivo de una sustancia comburente que contiene flúor. Se ha utilizado en aplicaciones especiales, como propelentes para cohetes.

Ozonio (O3)

El ozono es una forma alotrópica del oxígeno que contiene tres átomos de oxígeno por molécula en lugar de dos. Aunque es más estable en la atmósfera superior de la Tierra, se ha utilizado en ciertas aplicaciones de oxidación química.

Oxígeno Líquido (LOX)

En la industria aeroespacial y en cohetes, el oxígeno líquido es una forma pura y extremadamente fría de oxígeno que se utiliza como sustancia comburente junto con combustibles líquidos para la propulsión.

Combustibles sólidos con sustancias comburentes

En algunos sistemas de propulsión y explosivos, se utilizan combustibles sólidos impregnados o mezclados con sustancias comburentes sólidas para generar reacciones de combustión controladas.

Almacenamiento de estas sustancias

Desde LDH, y en cumplimiento de la Instrucción Técnica Complementaria ITC-MIE-APQ-10, disponemos de espacios habilitados para el almacenamiento de sustancias comburentes que, sin ser necesariamente combustibles ellas mismas, pueden por lo general al desprender oxígeno, provocar o favorecer la combustión de otras materias y los objetos que los contengan.

Cumplimos con las prescripciones técnicas a las que ha de ajustarse el almacenamiento de los peróxidos orgánicos y de las materias autorreactivas teniendo en cuenta la normativa relacionada con las medidas de prevención y control de daños, ventilación y circulación de gases, almacenamiento en recipientes móviles y distancias de seguridad, entre otras especificaciones.

Cómo es el impacto ambiental

El uso de sustancias comburentes tiene un impacto significativo en el medio ambiente y la calidad del aire, especialmente cuando se trata de la combustión de combustibles fósiles y otros procesos industriales. Aquí se detallan algunos de los aspectos clave relacionados con el impacto ambiental:

Emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)

La combustión de combustibles fósiles, como el petróleo, el gas natural y el carbón, es una fuente importante de emisiones de dióxido de carbono (CO2), un gas de efecto invernadero que contribuye al calentamiento global y al cambio climático. El aumento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera ha llevado a un aumento de las temperaturas globales y a efectos negativos en el clima.

Contaminantes atmosféricos

Además del CO2, la combustión también produce otros contaminantes atmosféricos dañinos, como óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de azufre (SO2), partículas finas (PM), monóxido de carbono (CO) y compuestos orgánicos volátiles (COV). Estos contaminantes pueden tener efectos adversos en la salud humana y contribuir a la formación de smog, la lluvia ácida y otros problemas ambientales.

Calidad del aire

Las emisiones de contaminantes atmosféricos provenientes de la combustión de sustancias comburentes pueden deteriorar la calidad del aire en áreas urbanas y rurales, lo que lleva a problemas de salud respiratoria, como asma y enfermedades cardiovasculares. También afectan la calidad del agua y del suelo cuando estos contaminantes se depositan a través de la lluvia ácida.

Incendios forestales y emisiones naturales

Además de las fuentes antropogénicas de combustión, los incendios forestales y las emisiones naturales, como las erupciones volcánicas, también pueden liberar grandes cantidades de sustancias comburentes y contaminantes atmosféricos, lo que afecta temporalmente la calidad del aire y puede tener impactos locales y regionales en el ambiente.

Alternativas más limpias

Para mitigar el impacto ambiental de las sustancias comburentes, se están desarrollando y promoviendo alternativas más limpias y sostenibles, como las energías renovables (solar, eólica, hidroeléctrica), la electrificación de vehículos, la captura y almacenamiento de carbono (CAC), y el uso de biocombustibles y hidrógeno verde.

Cómo LDH te puede ayudar

El almacenamiento de sustancias comburentes debe realizarse en un lugar adecuado, seguro y bien ventilado, con el fin de evitar la acumulación de gases inflamables y la propagación de incendios. Además, se deben tomar medidas para evitar la exposición de estas sustancias a fuentes de calor o llamas, así como para evitar su contacto con materiales combustibles, inflamables o reactivos.

Además, desde LDH nos tomamos muy en serio las normas de almacenamiento de este tipo de sustancias, que incluyen la obligación de mantener las sustancias en envases cerrados y etiquetados correctamente, con la información adecuada sobre la naturaleza del producto, su peligrosidad y las precauciones a tomar.

 

Contáctanos para que podamos almacenar tus sustancias comburentes de manera segura y efectiva.