El almacenamiento de productos químicos es una actividad altamente regulada debido al riesgo potencial que implica. Las normativas que lo regulan son estrictas, técnicas y, en muchos casos, cambiantes. Por eso, es fundamental que las empresas sepan qué organismos públicos están detrás de su regulación, control e inspección, así como cuáles son los pasos a seguir para cumplir con la ley.

Normativa aplicable al almacenamiento de productos químicos

En España, el marco legal principal que regula el almacenamiento de sustancias peligrosas es el Reglamento de Almacenamiento de Productos Químicos (APQ), aprobado por el Real Decreto 656/2017. Este reglamento establece las condiciones mínimas de seguridad para el almacenamiento, carga, descarga y manipulación de productos químicos peligrosos.

El reglamento APQ se compone de una parte general y de instrucciones técnicas complementarias (ITC) que detallan los requisitos según el tipo de producto (líquidos inflamables, gases comprimidos, productos corrosivos, etc.).

Además del APQ, otras normativas pueden aplicar dependiendo de la naturaleza del producto y de la actividad de la empresa:

  • Reglamento CLP (Clasificación, Etiquetado y Envasado).
  • REACH (registro, evaluación y autorización de sustancias químicas).
  • Normativa SEVESO para instalaciones con alto riesgo de accidente químico.
  • Legislación autonómica o local, en algunos casos más restrictiva.

Conocer la normativa es el primer paso. Pero más importante aún es saber quién vela por su cumplimiento.

¿Qué entidad pública gestiona estos requisitos?

La entidad encargada de gestionar, supervisar y verificar el cumplimiento de los requisitos legales del almacenamiento de productos químicos varía según el ámbito territorial.

En términos generales, en España las competencias están delegadas a las comunidades autónomas, a través de sus consejerías de industria, energía o medio ambiente, en coordinación con el Ministerio de Industria y Turismo, que actúa como órgano normativo de referencia a nivel estatal.

Por ejemplo:

  • En Cataluña, la autoridad competente es el Departament d’Empresa i Treball.
  • En Madrid, depende de la Dirección General de Promoción Económica e Industrial.
  • En Andalucía, es la Consejería de Industria, Energía y Minas.

Estas entidades tienen la responsabilidad de autorizar instalaciones, revisar proyectos técnicos, emitir informes, inspeccionar instalaciones y sancionar en caso de incumplimiento.

También puede haber implicación de:

  • Ayuntamientos, cuando se trata de licencias de actividad y cumplimiento de ordenanzas locales.
  • Servicios de Protección Civil, en aspectos relacionados con planes de emergencia.
  • Inspecciones de trabajo, cuando hay riesgos laborales asociados.

Competencias según el tipo de instalación o actividad

El tipo de instalación y la actividad que se desarrolla en ella determinan qué requisitos específicos deben cumplirse y qué organismo tiene la última palabra.

Por ejemplo:

  • Si la empresa simplemente almacena productos químicos en una instalación fija, deberá presentar un proyecto de almacenamiento APQ, visado por técnico competente, ante la autoridad autonómica correspondiente.
  • Si el almacenamiento forma parte de un proceso industrial más amplio (por ejemplo, fabricación o transformación química), es probable que deba cumplir también con requisitos medioambientales adicionales o incluso ser considerada una instalación SEVESO, lo cual implica más obligaciones.
  • Si el volumen o tipo de sustancia almacenada es elevado, pueden exigirse estudios de seguridad, análisis de riesgos, simulacros, etc.

En cualquier caso, el almacenamiento de productos químicos nunca es un aspecto menor y siempre debe gestionarse como un área crítica del negocio.

Procedimientos habituales y documentación

Aunque pueden variar ligeramente según la comunidad autónoma, los procedimientos más habituales para legalizar una instalación de almacenamiento de productos químicos suelen incluir:

  1. Redacción de un proyecto técnico por parte de un ingeniero colegiado.
  2. Memoria de seguridad, incluyendo clasificación de productos, cantidades, compatibilidades, medidas de protección, etc.
  3. Planos de la instalación, ubicación de los productos, sistemas de protección activa y pasiva.
  4. Certificados de conformidad de equipos, contenedores, recipientes, etc.
  5. Autorización administrativa previa puesta en marcha.
  6. Inspección de puesta en servicio, a veces por parte de organismo de control autorizado (OCA).
  7. Comunicación o registro en el órgano competente.

Además, es necesario mantener actualizada toda la documentación y disponer de ella para futuras inspecciones. No basta con cumplir al principio: el cumplimiento debe ser continuo.

“A veces las empresas piensan que cumplir con el APQ es cosa de una vez, pero la clave está en la constancia. Nosotros lo vemos cada día: tener la documentación viva y el almacén en orden marca la diferencia cuando llega una inspección”, comenta la responsable técnica en LDH.

Consecuencias del incumplimiento

Ignorar la normativa o no gestionarla adecuadamente puede acarrear consecuencias muy graves:

  • Sanciones económicas, que pueden ir desde leves hasta muy graves, según la Ley de Industria y otras normativas específicas.
  • Suspensión o cierre de la actividad por parte de la autoridad competente.
  • Responsabilidad penal en caso de accidente con daños a personas o al medio ambiente.
  • Problemas con aseguradoras, que podrían negarse a cubrir daños si se demuestra incumplimiento normativo.
  • Deterioro de la reputación empresarial, especialmente en sectores sensibles como el químico, alimentario o farmacéutico.

Además, no cumplir con las condiciones del almacenamiento productos químicos puede derivar en situaciones de riesgo real: incendios, explosiones, fugas, contaminaciones… lo que está en juego es mucho más que una multa.

Recomendaciones prácticas para empresas

A continuación, algunas claves para evitar problemas y garantizar que tu empresa cumple con todas las exigencias legales:

  • Consulta siempre con expertos en normativas APQ y legislación autonómica.
  • Antes de realizar cualquier ampliación, cambio de producto o redistribución del almacén, verifica si necesitas actualizar permisos o documentación.
  • Colabora con OCAs y entidades de control independientes para realizar auditorías preventivas.
  • Mantén bien clasificados, etiquetados y separados los productos según sus características de peligrosidad.
  • Invierte en formación continua para el personal que opera en el almacén.

Contar con una empresa especializada en este tipo de productos, como LDH, también puede ayudarte a cumplir con la normativa de forma más sencilla y segura, gracias a nuestra experiencia y nuestras instalaciones certificadas.

 

El cumplimiento normativo en el almacenamiento de productos químicos no solo es una obligación legal: es una necesidad operativa, una garantía de seguridad y una muestra clara de compromiso con el entorno y con las personas.

Saber qué entidad pública gestiona estos requisitos, qué pasos hay que seguir y qué documentación mantener al día es clave para evitar sanciones, accidentes o parones en la actividad. No se trata de burocracia innecesaria, sino de proteger lo que más importa: la salud, el medio ambiente, tu negocio y tu reputación.

En LDH, llevamos años acompañando a empresas que trabajan con productos químicos, ayudándolas a cumplir con la normativa de forma sencilla, rigurosa y adaptada a su operativa. Si estás buscando tranquilidad normativa y una gestión profesional del almacenamiento, podemos ayudarte.

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